¡Quiero estudiar para servir a mi pueblo!
- Edwin Fernando Cárdenas
- 8 feb 2017
- 2 Min. de lectura
Un cuadro de 90 por 60 cm cuelga en la sala de estudio de la residencia salesiana de Wasakentsa y su figura está dejando de ser nueva para cada uno de los chicos internos de la misión. Dicha imagen no es nada menos que la del beato Ceferino Namuncurá, indígena y titular de Wasakentsa desde su erección como casa canónica en el año 2009. Sobresalen muchos rasgos de su peculiar vida, más sin embargo queremos subrayar en la presente nota, la lucha y esfuerzo continuo que como indígena demostró con miras a acompañar a su pueblo mapuche.
Transcurría el año de 1897 cuando Ceferino salió de su natal tribu de Chimpay en la ribera del Río negro en la Patagonia para estudiar con los Salesianos de Buenos Aires - Argentina. Sus inicios en el estudio no fueron nada fáciles por los complejos de sus compañeros de tener en su mismo salón a un “indio” que no hablaba el castellano, por el largo proceso de adaptación de su cultura mapuche a la occidental y por la lejanía con su familia y su pueblo. Sin embargo, es este mismo indiecito de la Patagonia quien nos puede ayudar como ejemplo de superación y solidaridad para con nuestra gente aún en medio de tantas dificultades. Ceferino pese a todo demostró tener carácter y fuerza de voluntad y a más de aprender rápidamente el castellano logró convertirse en uno de los mejores de su clase. En 1903 es llevado por Mons. Juan Cagliero ante la presencia del mismo Papa Pio X bajo un solo ideal que era también ya conocido entre sus amigos y compañeros: “Quiero estudiar para servir a mi pueblo”.
La historia nos dice que cuando decidió iniciar sus estudios para el sacerdocio en la vida salesiana una fuerte tuberculosis lo llevó a la casa del Padre un 11 de mayo de 1905 pero su vida y testimonio perduran todavía ahora y sirven de hecho como ejemplo para todo joven quien desde otra perspectiva podría ver en el estudio una superación para consigo, pero también como un aporte para dar en sus contextos concretos.
Que la vida y obra de Ceferino Namuncurá estimule a todo joven de nuestras obras salesianas, sobre todo para quienes nos encontramos haciendo presente a Cristo en los pueblos indígenas y nos atrevamos a presentar su figura como modelo de imitación tanto para la superación de las muchas dificultades que surgen en el estudio, como también para llegar a ser discípulo de Don Bosco bajo el ideal de Ceferino: estudiar para servir a nuestro pueblo…
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